Las influencias por familia o amistad las hay y las hubo siempre históricamente hablando. Algunas veces uno se enfada y se siente impotente por cosas que puede ver y comprobar dentro de su ámbito laboral. A veces y sin decir nombres uno puede insinuar algo, pero nunca, o al menos éticamente, decir nombres de posibles o ciertos reos. En fin, que a lo que me refiero es que, en boca cerrada no entran moscas... Más en tiempo de crisis como los que estamos pasando ahora, los enchufes no son de 220V, sinó de 360V. ¿España seguirá siendo un país cutre en el que se siga contratando en la gran mayoría de los casos a familiares o conocidos y no a los que tienen un curriculum mejor que el otro?... En fin, mejor no pensar en estas cositas y seguir haciendo las cosas como uno cree que son correctas. De Barcenas y compañía hablaré otro día, hoy no me quedan más fuerzas...
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