Nunca me han gustado los radicalismos, ni los extremismos. Derecha, izquierda, arriba o abajo… Las generalizaciones y demás deportes practicados por miles de españoles y humanos, no son mi estilo. Esta mañana, mientras leía el periódico acompañado de mi café matutino, pude leer una noticia que me entristeció mucho. Os pongo en situación. En esta última semana un partido político nacional ha hecho un convenio con empresas de la isla para que afiliados de su partido tengan beneficios a la hora de realizar compras en esos determinados establecimientos. Pues bueno, uno de los establecimientos que aceptó tal convenio, se arrepiente, y días después de ello sale uno de los encargados de la empresa en un vídeo que ha colgado en su Facebook personal pidiendo perdón. -al parecer lo engañaron- El muchacho se arrepiente, que le vamos a hacer. -"lo siento mucho, no volverá a pasar"- No tenía tiempo, mucho trabajo y aceptó algo de lo que después se arrepintió. Los descuentos y convenios hay que hacerlos a todo el que te ofrezca algo, da igual el partido o clase que sea esta. Hay convenios con empresas, pero este no es el caso. Hablamos de partidos políticos y de credenciales. Hubiese sido más fácil decir que un empresario hace negocio hasta en el infierno, y que da lo mismo la clase política que se trate siempre que se hable de algo democrático, políticamente hablando. Vamos, que el muchacho al final es apolítico. La mejor postura que puede adoptar uno, pero creo que esta vez ha sido demasiado tarde… el chico y su empresa estarán durante unos días en el "ojo del huracán"… No será por mí, ya que a mí me da lo mismo si hacen descuentos o no a los "tarjetas azules, moradas, amarillas o verdes".
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