El calor ha llegado. Tanta invocación de jubilados y domingueros a hecho efecto y del bueno. Las temperaturas han subido notoriamente, y las septuagenarias del lugar salen de casa para apoltronarse en una hamaca de 4, 50 euros todo el día. Retan al sol y no quieren perder ni un segundo de la mayor estrella de nuestro sistema planetario. Al grito de -"piña, pomelo, cola"- los gitanos, con más calor que nunca, despiertan a turistas y no turistas del lugar. No son pocos los que se acuerdan de las madres de estos fruteros de habla peculiar y de aspecto mexicano. Los padres disfrutando más que sus infantes en la construcción de castillos de arena. Que tan solo el agua y el tiempo los desharán. A mi paso presiento que la gente me observa, suelo pasearme por la playa en camiseta de manga corta y sombrero Panamá. Sueño con una caña bien fría en el chiringuito, que más tarde posiblemente me tome. El verano ha llegado, ha tardado un poco más, pero ha llegado. ¡Bienvenido sea!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario