martes, 16 de diciembre de 2014

Un sueño de inspiración nocturna.

Es posible que a según que horas uno diga mas tonterías que a otras. A altas horas de la madrugada y cuando a uno le entra la inspiración debe levantarse, ponerse las zapatillas de cuadros y darle al interruptor de encendido del ordenador. Aquella cancioncilla no paraba de sonar en mi cabeza, y no podía comprender el por qué. Posiblemente demasiados meses sin poder dormir del todo bien ya que uno es una "rara avis" e intenta ir al revés en la mayoría de sus posibilidades. Ya estoy delante del ordenador y ahora toca portarse y teclear como un campeón. La canción sigue sonando, y después de varias horas consigo averiguar de que canción se trata -Kingston Town de los UB40- mientras esta suena bailo sin parar con ella y como el track y su tempo mandan, me abrazo a ella y me paso los 3 minutos y 52 segundos abrazado mientras este suena. Una playa tal vez, vino blanco y el Caribe, esto es un sueño y en ellos no voy a dejar de ser exquisito, hasta el momento soñar es gratis. Miro a la orquesta que toca a modo de reggae y le guiño un ojo al cantante ya que ha dado en el clavo y gracias a él me puedo abrazar a mi acompañante mientras bailo. Baja el tempo y nuestros cuerpos cada vez son menos pesados y el aire que respiramos es menos denso, se acerca el fotógrafo del hotel, un tipo con poco pelo, robusto y con gafas, nos dice que es de un pueblo de Segovia, nos fotografía y se va. Bajo la mirada y puedo ver de nuevo mis zapatillas de cuadros y el radiador a mi lado. En Mallorca hace frío en invierno, un frío húmedo al que algunos foráneos no consiguen acostumbrarse jamás. Se acabó la inspiración, el sueño y pasados unos minutos me entra el sueño, me acuesto, me tapo y me sumerjo en el mar de olas de mi edredón. 

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