jueves, 18 de diciembre de 2014

Sentirse un marciano.

Esos días en los que te levantas y te sientes un marciano, no coincides con nada de lo que te dicen tus amigos ni ajenos a tu vida con los que te topas al ir a comprar el pan o a la hora de hacer cola en el supermercado. Marciano sí, pero no de los verdes con tentáculos o escamas, marciano de los que se sienten desplazados, raros y no dan pie con bola. No es que sea similar al  Deja Vu, y perdón por mi falta de entonación al decirlo en la lengua de Napoleón, es más bien algo parecido a un fuera de lugar, de juego como dirían en fútbol. Lo curioso es que esos días sólo duran un día, 24 horas. Es curioso que al irse uno a la cama, al día siguiente  al levantarte te sientes uno más en el hormiguero y todo tan normal, tan corriente, tan dulce, tan azul y bonito como casi siempre. Está claro que ser marciano en la Tierra es una caca, pero vete a saber en Marte, seguro que es una fiesta y de las buenas. 

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